Sólo hay una fotografía del jeque Amadou Bamba, el fundador de la secta musulmana Mouride. Está de pie junto a una pared de madera y lleva un caftán blanco. Hace sol: entrecierra los ojos ante la luz. Y aunque su rostro está parcialmente oculto, sus ojos son visibles. Mira directamente a la cámara y este retrato es probablemente la imagen más reproducida en Senegal. Tomada originalmente en 1917, se replica en todas las superficies imaginables del país.
 
Este proceso de reproducción continua ha hecho que el retrato de Amadou Bamba se transforme de una representación a un icono; -de lo prosaico a lo sublime- es el tema central del proyecto de Dani Pujalte. Inicialmente rastreando el paso de la imagen de Bamba a través de las superficies cotidianas de Senegal, su investigación fotográfica se expande para documentar un tema más amplio: el diálogo continuo entre el comercio y la fe, la cultura material y el misticismo sufí.