ENVIO PREVISTO A FINALES DE ABRIL
[...] cuando sale a la calle, sabe que lo hace como un actor enfrentado a su propio escenario. Lo primero son las siluetas, los reflejos y después las sombras, como en un teatro, la ausencia de luz para mirar porque el foco estasobre el mismo, sobre nosotros. Y entonces nos convertimos en maniquies, en objetos, entonces somos una más de las múltiples piezas olvidadas en un escaparate, porque en los escaparates se muestran los objetos pero también se olvidan, y con el olvida la oscuridad lo cubre todo y la memoria desaparece; desaparecen las peluquerías, las tobilleras, los angelitos, los cuchillotes decastrar y los bragueros, desaparecen los lacitos y muñecos, los perros y gatos, los relojes, las manos articuladas, los collares y las perchas desnudas. [...] 
- Javier Ortega -