What the Rain Might Bring, el primer lanzamiento del fotógrafo Dylan Hausthor. Diseñado como una obra de arte en sí mismo, el libro presenta un marco (borde y lomo negros) y está completamente desprovisto de texto con solo un título simple en la portada. El diseño minimalista prepara el escenario para una experiencia sensorial inmersiva que entrelaza lo táctil y lo visual, atrayendo a los lectores a un mundo impregnado de misticismo.
 
Inspiradas en la guía de identificación de hongos de David Arora, las fotografías en blanco y negro de gran formato de Hausthor exploran la rica interacción entre los reinos humano, vegetal y animal. What the Rain Might Bring profundiza en temas de narración de historias, fe, folclore y el carácter extraño inherente de la naturaleza. Las imágenes evocan una sensación de rituales paganos, wiccanos, religiosos, anárquicos y místicos, y ofrecen una exploración visual que es a la vez sincera y llena de secretos ocultos.
Dentro del mundo salvaje de Hausthor, los personajes y los paisajes se convierten en conductos, tejiendo nuevas narrativas que desafían las percepciones de la realidad. Las imágenes (un búho en pleno vuelo, una procesión de figuras, un bebé amamantado del pecho de su madre, un hongo imponente y arañas en sus telas) pintan un mundo donde los roles humanos se sienten frágiles, eclipsados ​​por el dominio de la naturaleza. Cada fotografía oscila entre lo inquietante y encantador, lo humorístico y lo inquietante.
 
Un elemento central del trabajo de Hausthor es la fascinación por la inestabilidad de los hechos en la narración. El espectador se ve arrastrado a un espacio donde la línea entre la verdad y la licencia artística se difumina deliberadamente. La fotografía de Hausthor integra elementos de periodismo de investigación ad hoc, desinformación y performance, alterando los enfoques tradicionales de la fotografía de naturaleza. El resultado es una exploración de un mundo posterior a los hechos, donde los límites entre la parábola y la realidad se disuelven, dejando al espectador cuestionando lo que cree.
 
La estructura del libro está anclada en siete delicados pliegues, que simbolizan las noches consecutivas en que Hausthor fue visitado por una polilla, un marcador íntimo de los tiempos que le da a la obra una cualidad diarística. Estas páginas invitan a los lectores a una experiencia ritual, transformando el libro en un artefacto meditativo que refleja la naturaleza fracturada, fluida y profundamente humana de la realidad misma.