Imagínese unos Campos Elíseos completamente vacíos, o la Torre Eiffel sin las filas de turistas esperando para ascender. Aprovechando las altas horas de la noche y las primeras horas de la mañana de una ciudad notoriamente ocupada, Christopher Thomas puede capturar vistas familiares sin gente. Utilizando una cámara de gran formato, largas exposiciones y lo último que le queda de la película Polaroid bitono, Thomas nos muestra París como un explorador podría experimentar una ciudad olvidada. Sin el elemento humano, los edificios, calles, monumentos y jardines adquieren un significado arquitectónico que es a la vez majestuoso e íntimo. Al igual que con sus otros libros de la serie, estas fotografías están increíblemente reproducidas en papel grueso y encuadernadas con una cubierta de lino. Enmarcada por los bordes irregulares que caracterizan a las Polaroid, cada impresión tiene espacio para respirar en la página. El resultado es una secuencia de imágenes oníricas que fomentan un examen minucioso y contemplativo. Los fanáticos de los libros anteriores de Thomas sobre Nueva York y Venecia y cualquiera que ame París atesorarán este exquisito tributo a una de las ciudades más cautivadoras del mundo.