El tercer libro de Ricardo Cases trata sobre un tema insólito: la práctica de las carreras de palomas en las regiones españolas de Valencia y Murcia, un juego que consiste en soltar una paloma hembra mientras decenas de machos la persiguen tratando de llamar su atención. Ninguno de ellos llega a intimar demasiado, pero el ganador es el que pasa más tiempo cerca de la hembra. El ganador no es el más atlético, el más duro o el más puro de raza, sino el más cortés, el que muestra más constancia y tiene el instinto reproductivo más fuerte: el macho.

Criar un campeón masculino implica prestigio y ganancias. Pintado en una combinación de colores primarios, como una bandera o una equipación de fútbol, el palomo macho criado y entrenado para aparearse se convierte en una proyección del palomista, que encarna su éxito o fracaso deportivo, económico y sexual en la comunidad. Lejos de la cruda realidad de su día a día, el colombaire tiene una segunda vida en la que puede llegar a lo más alto. Solo necesita una paloma campeona. El palomista permanece en el suelo, mientras que su proyección puede volar.

Esta serie fotográfica examina el juego como acto simbólico, proyección y forma de relacionarse con el mundo. Un grupo de hombres corriendo por el campo detrás de sus palomas, observando sus apareamientos, discutiendo las reglas y arbitrajes… Hace referencia a la documentación etnográfica de los rituales de tribus remotas o al grupo de niños que inventan un juego mientras descubren el mundo.

La tercera edición presenta nuevos cambios en relación con las dos ediciones anteriores: se ha reemplazado una imagen por la siguiente en una secuencia y la contraportada presenta una nueva lista de "palomos" de competición.