Cathedral Cars  es un término genérico inventado por los estibadores del puerto de Marsella para designar los vehículos que cruzan en barco el Mediterráneo desde Marsella hasta el norte de África. Thomas Mailaender rinde homenaje a estos “coches catedralicios”, que pueden considerarse hazañas humanas, que desafían visualmente las leyes de la gravedad. Sueños atados con cuerdas a los vehículos, que muchas ocasiones no son capaces de completar este extraño éxodo veraniego. El fotógrafo ha retratado estos coches vistos desde atrás o de perfil, quitando el fondo para aislarlos en el encuadre. Evocando el arte y la escultura populares, estos coches también hablan del viaje por venir, y abordan el paso de un territorio a otro, el éxodo y la migración.
Construido como un libro ilustrado de gran tamaño, Cathedral Cars toma prestados los atributos de los libros para niños: papel de cartón grueso y película recubierta brillante. Una elección que crea un distanciamiento de la realidad del contexto para presentar el sujeto mismo como un juego de construcción.
El texto de Marc Auge, “Elsewhere, Hereabouts”, así como una colección de “imágenes encontradas” del artista, están impresos en un folleto de 12 páginas, encajado en el grosor de la cubierta del libro.