La isla se encuentra en el mar Mediterráneo y tiene 675 metros de altura. Está habitada por un número incierto de 30 a 60 personas, durante todo el año, sin hospital, sin automóviles, sin sacerdotes ni policía. Algunos isleños nunca consideran irse, mientras que otros lo intentaron, sólo para regresar a sus vidas en la remota burbuja. Hay historias no contadas, árboles genealógicos complejos y conocimientos históricos que rodean a la comunidad y que existen en hogazas de pan con alucinógenos.
 
PRE-ORDER DISPONIBLE - ENVIOS PRIMEROS DE FEBRERO
 
Encuadernado en una estructura de libro “poco convencional”, Pensar como una isla reflexiona sobre un espacio geográfico, social y temporal, sobre un sistema y su lógica móvil. Evitando la típica representación de una isla como utopía o distopía, este trabajo analiza el proceso continuo de construcción de identidad; choque y convivencia, elección y confinamiento, innovación y resistencia. La experiencia resulta estratificada, plural y densa; un vértigo de complejidad creciente.