"Estas son fotografías de mis hijos... Muchas de estas imágenes son íntimas, algunas son ficciones y otras son fantásticas, pero la mayoría son cosas ordinarias que toda madre ha visto. Tomo fotografías cuando están ensangrentados, enfermos, desnudos o enojados". Se visten, hacen pucheros y posturas, se pintan el cuerpo, se sumergen como nutrias en el río oscuro". Sally Mann, de la Introducción
 
Tomadas contra el telón de fondo arcádico de su hogar en el bosque en Virginia, las extraordinarias e íntimas fotografías de Sally Mann de sus hijos, Emmett, Jessie y Virginia, revelan verdades que encarnan la individualidad de su familia inmediata y, en última instancia, adquieren una calidad universal. Mann afirma que su trabajo es "sobre los recuerdos de todos, así como sus miedos", un tema del que se hace eco Reynolds Price en su elocuente y conmovedor ensayo reflexivo que acompaña a las fotografías de Immediate Family.
 
Con dignidad sublime, ingenio agudo y gracia salvaje, las imágenes de Mann exploran la eterna lucha por la autonomía: el aferrarse y la ruptura. Esta es la materia de la que están hechos los dramas griegos: impaciencia, terror, autodescubrimiento, dudas, dolor, vulnerabilidad, juego de roles y una sensación de inmortalidad, todo lo cual converge en las asombrosas fotografías de Sally Mann.
 
Una exposición itinerante de Immediate Family, organizada por Aperture, se inauguró en el Instituto de Arte Contemporáneo de Filadelfia en el otoño de 1992.