Cada una de las estaciones de tren de Tokio posee un carácter único que va más allá de su apariencia. La arquitectura individual, el trazado de las vías, los materiales utilizados, el ritmo de llegada y salida de los trenes, todos estos elementos se unen para formar la personalidad de una estación. Para su fotolibro “Station”, Takeshi Shinoda examinó las estaciones de tren de Tokio como un arqueólogo para desenterrar no sólo la fisicalidad, los detalles, las manchas y la pátina que caracterizan cada estación sino también los recuerdos y las sensaciones de las personas que, invisibles a los ojos, se han convertido en parte del éter de este lugar. Sus tomas atmosféricas y cuidadosas nos invitan a examinar la concreción de los lugares cotidianos comunes, nuestra relación con ellos y las huellas duraderas con las que los inscribimos.