Lindokuhle Sobekwa comenzó este proyecto después de encontrar un retrato familiar con el rostro de su hermana Ziyanda recortado. La describe como una presencia reservada, rebelde y ruda, y recuerda el día oscuro en que ella lo persiguió y él fue atropellado por un automóvil: ella desapareció horas después y regresó sólo una década después, enferma. Para entonces, Sobekwa se había convertido en fotógrafa y se dio cuenta de que la familia no tenía ninguna fotografía de ella: “Un día vi esta hermosa luz que entraba por la ventana y brillaba en su rostro. Levanté la cámara para captar el momento y ella me lanzó una mirada malvada y dijo: “¡Para! ¡Si tomas esa foto te voy a matar! Entonces bajé mi cámara. Todavía desearía haberme vacunado”. Ziyanda murió poco después.
Empleando una estética de álbum de recortes con notas escritas a mano, Llevo su foto conmigo es un medio para que Sobekwa interactúe tanto con la memoria de su hermana como con las implicaciones más amplias de tales desapariciones, una parte preocupante de la historia de Sudáfrica. El libro complementa su trabajo más amplio sobre la fragmentación, la pobreza y las ramificaciones de largo alcance del apartheid y el colonialismo en todos los niveles de la sociedad sudafricana.