“Estar en el exilio es simplemente haber abandonado el propio país y no poder regresar. Cada exilio es una experiencia personal diferente. Yo mismo quería ver el mundo y fotografiarlo. Son cuarenta y cinco años que viajo. Nunca estuve en ningún lugar más de tres meses. Cuando no encontré más para fotografiar, llegó el momento de irme”, dijo el fotógrafo checo Josef Koudelka, en una entrevista publicada por el periódico francés Le Monde en 2015.
 
La vida de Koudelka ha sido una vida de inquietud implacable, viajando constantemente y sin establecerse nunca. Koudelka, que se inició en la fotografía en 1967, fotografió la invasión soviética de Praga y publicó sus fotografías con las iniciales P. P. (Fotógrafo de Praga) por temor a represalias contra él y su familia. En 1969, recibió de forma anónima la Medalla de Oro Robert Capa del Overseas Press Club por esas fotografías. Koudelka abandonó Checoslovaquia en busca de asilo político en 1970 y poco después se unió a Magnum Photos. Comenzó su constante estado de exilio, siendo apátrida hasta naturalizarse en Francia, recibiendo el pasaporte francés en 1987.
Unirse a Magnum no solo le dio a Koudelka un banco de amigos, sino también una red de personas que lo ayudaron y lugares donde quedarse cuando viajaba. Sin embargo, Koudelka no trabajó como fotógrafo de agencia convencional, rechazó encargos y prefirió viajar y realizar un estudio personal. Fotografió a la población gitana, los grupos minoritarios y todo lo que está destinado a extinguirse, a ser "exiliado" de alguna manera; se convirtió en un viaje de documentación fotográfica que dura toda la vida y que aún continúa hasta el día de hoy.
“Durante quince años no trabajé para nadie. Nunca acepté ningún encargo, nunca me fotografié por dinero. Tomé fotografías sólo para mí. Vivía de lo mínimo. No necesitaba mucho: un buen saco de dormir y algo de ropa: un par de zapatos, dos pares de calcetines y un par de pantalones para un año. Una chaqueta y dos camisas me duraron tres años”, explicó Koudelka en una conversación con el autor checo Karel Hvíždala, publicada en el libro de 2002 Josef Koudelka.